En los últimos días ha saltado de nuevo al tapete el tema de la reducción de costos en la Fórmula 1. Todos los comentarios puntualizan sobre la necesidad de reducir los costos en esta extremadamente cara actividad, pero al mismo tiempo “se lloran y se cantan”, ya que exprimen hasta el último centavo de sus arcas para invertirlos en investigación y desarrollo de todo lo que le pueda resultar en una centésima de velocidad en la pista.
Una de las áreas que más se ha afectado al momento de esta búsqueda incesante de reducción en gastos es la de las pruebas o prácticas (de hecho, es la única actividad deportiva donde las prácticas están tan restringidas). Pero por otro lado se gastan millones de dólares en simuladores para entrenar a sus pilotos, probar el probable comportamiento de alguna nueva pieza en el auto, el efecto de los reglajes o puestas a punto, entre otras.
Y yo me pregunto: ¿Qué tan eficiente puede resultar esto en términos de reducción de costos? Veamos. Por más avanzada que esté la tecnología, en automovilismo, todavía no es posible crear una real correlación entre la simulación y la realidad. Lee el resto de esta entrada »